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Mostrando entradas de junio, 2015

Los que se van.

Hoy, una amiga cercana anunció que se iba del país, dijo que ya no podía más, que esta situación cada vez era más crítica y que cada día se le hacía más difícil sobrevivir. Se me rompió el corazón y los ojos se me llenaron de lágrimas, ella me dijo que por favor no llorara, que ella también me iba a extrañar.  Pero yo no lloraba sólo porque la voy a extrañar. Lloraba porque después de tanto tiempo, me toca a mí, me toca despedir a alguien a quién aprecio, me toca darme cuenta de que todos se van, de una u otra manera se van, porque en este país la vida se está volviendo imposible. Lloraba porque pensaba en mi vida aquí, mi vida de estudiante universitaria que cada día es más difícil, mi vida y la de tantos millones de venezolanos, donde los examanes pasan a segundo plano, porque nos tenemos que levantar pensando "¿Será que hoy hay clase?" "¿Será que el profesor si va a ir o aún estará de paro?" "Ojalá no me roben saliendo de la facultad" "¿Compro c

Tal vez te haga falta.

Tal vez te haga falta, tal vez, luego de mucho, te haga falta. Tal vez extrañes mi forma de caminar, mi voz cantando tonterías por dónde voy, mi cabello desordenado cayendo por mi espalda desnuda, tal vez incluso extrañes la forma en que me sacudo el pelo. Tal vez te haga falta, el olor de mi cuello, o mis brazos rodeándote, tal vez te hagan falta mis ojos hábiles leyendo las líneas, mi risa escandalosa, o mi sonrisa tímida, mis pecas que tanta gracia te hacen, o mis labios que no se cansan de besarte. Si me voy,  si decido finalmente irme, tal vez te haga falta mi peso en la cama, o mi silueta pequeña respirando tranquila, tal vez te haga falta mi aliento en tu oído, o mis piernas rodeándote las caderas. Si de una vez por todas, decido irme, ¿Quién sabe? Tal vez también te haga falta mi voz. Si decido irme... Tal vez te haga falta mi pecho terso, mis pies pequeños, mi amor incondicional, incluso mis miedos. O tal vez olvides rápido, o tal vez no te haga

Nuestro Himno.

Hoy, una profesora nos preguntó cuántas veces habíamos leído el himno de nuestro país, incontables, diría yo, incontables veces nos hemos parado firmes en el colegio/liceo a cantar con tedio las letras que nos aprendimos de memoria en la primaria.  Luego, nos preguntó cuántas veces habíamos escuchado, realmente, el Himno Nacional, cuántas veces habíamos leído entre líneas las estrofas que cuentan nuestra historia. Al leer e interpretar cada línea, me sentí avergonzada de tener un Himno tan maravilloso, me sentí avergonzada, de no hacer valer esas palabras. El Himno de nuestro país es un canto de libertad, una dramática historia sobre cómo nos han oprimido desde hace cientos de años, sobre cómo nos han engañado una y otra vez para quedarse con lo que nos pertenece, prometiéndonos todo y dándonos menos que nada.  El bravo pueblo.  ¿Dónde está el bravo pueblo?  Les pido, queridos lectores, que lean y analicen un poco, de nuevo, el Himno de nuestro país, ese poema de Salías que escuc

A veces, tantas veces

Este es mi corazón. Este es mi corazón, está lleno de pasiones y sueños, está lleno de historias, lleno de ganas, lleno de miedos y de lágrimas,  a veces, de desesperación, a veces, tantas veces. Este es mi corazón, cuando late me recuerda que estoy viva, a veces me siento dichosa, a veces me siento infortunada, a veces, tantas veces. Este es mi corazón,  se detiene a decir tu nombre,  o a gritar de alegría, o a llorar de tristeza, de pasión,  de rabia, de felicidad,  a veces de placer, a veces, tantas veces. Este es mi corazón,  él ama,  él desea, a veces, él escribe,  a veces, tantas veces. Este es mi corazón, se llena con tus palabras, tu voz lo hace saltar, tus caricias lo encienden, a veces, tus acciones lo acaban, a veces, tantas veces. Este es mi corazón, no escribe poesía, y grita libertad, es rebelde, habla demasiado, no siempre escucha, pero a veces, este es mi corazón, a veces, tantas veces.