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Mostrando entradas de enero, 2014

El club de los poetas suicidas: Vachel Lindsay.

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Ingiere un desinfectante doméstico en  Springfield  el 5 de diciembre de 1931 " ¿No hay ni siquiera un veneno accesible que llevarme a la boca?" Cuando Lincoln vino a Springfield: " Cuando Lincoln vino a Springfield En los primeros tiempos Eran raras las calles y el trazado, Quedándose perplejo. Dejó la cabaña de troncos Por las calles barrosas de este lugar, El dolor por Anne Rutledge Se quemaba en su rostro. Arrojó la sucia montura En el piso de John Spedd, Se sacó su viejo sombrero Y observó la tienda. Sacudió su larga cabellera En su cabeza de bisonte, Tomó asiento en el mostrador Y dijo: "Spedd, me he mudado"." Vachel Lindsay. 

Delirios de soledad.

Me pasa, que cuando no le tengo cerca, escribo para no morirme, y es que no termino de entender porqué vivo a través de las cosas, le extraño, como le extraño. Pensar en él me hace sonreír, me oprime el corazón, siempre le digo que lo amo cómo nunca he amado a nadie, pero creo que miento, comienzo a pensar que en realidad nunca he amado a nadie, que apenas comienzo a amarlo a él, y que lo amo mucho más cada vez que respiro. Nunca me había dolido tanto la soledad, siempre había disfrutado especialmente de ella, el silencio tranquilo y ligero, el leve vacío en el alma que llenaba hablando conmigo misma, esa molestia siempre estuvo ahí, pero aprendí a vivir con ella, ignorarla, y disfrutar mi soledad, pero ahora que él vino, entrando a mi vida sin permiso, rompiendo las ventanas, azotando la puerta, volteando mis normas y besándome en los labios, ahora que él calmó esa molestia, se nota y duele su ausencia. No soporto desearlo a toda hora, ese anhelo desesperante y absurdo, esa sed