Otro grito ahogado.
Hoy venía del trabajo y me sentía exhausta, cansadísima, vieja y acabada, vi mi cara reflejada en la puerta del autobús y quién me devolvía la mirada ya no era una joven alegre y llena de sueños, ya no era la niña de largo cabello castaño con mirada divertida y pícara, era una mujer diferente, quién me devolvía la mirada era una mujer cansada y terrenal, tan simple que me dio miedo, le sonreí levemente a mi reflejo pensando "tranquila, preciosa, que vienen cosas grandes" pero ¿cómo saberlo? paramos en el semáforo dónde un grupo de estudiantes con pancartas gritaban consignas y me dieron un panfleto "Si guardáramos un minuto de silencio por cada venezolano asesinado en 2013 estaríamos callados durante 15 días." lo leí y miré a las personas a mi al rededor, a mi lado, una niña de unos 14 años con una sonrisa leve escondida en los labios, más allá, un señor sudado con ropa de trabajo y a su lado una mujer con un moño a la altura de la nuca y bellísimos labios rojos, un