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Mostrando entradas de abril, 2017

Yo, que ya valí madres.

Envuelta en un halo de magia y misticismo me convertí en la musa olvidada de un poeta que nunca surgió, yo, tan simple y compleja a la vez, tan terrible como una tormenta y tan suave como la brisa que entra por la ventana de tu habitación por las tardes, yo, a veces tan torpe, que voy por la casa desnuda, como flotando, sintiendo el frío piso bajo mis pies y tu mirada fija en mis nalgas. Yo, que siento placer de las cosas simples de la vida, la primera taza de café de la mañana, una cerveza fría en un día caluroso, el beso de bienvenida, hacerte el nudo de la corbata, un abrazo por la espalda mientras cocino, la caligrafía perfecta en mis apuntes ordenamos, el olor de mi perfume, el amor intenso. Yo, que al igual que Sabina me pregunté ¿Quién me ha robado el mes de abril? Me convertí en una compulsiva sin remedio, después de pasar demasiado tiempo siendo una pequeña, crecí de golpe, en medio de un ambiente hostil, miradas desesperadas, comentarios hirientes y risas histéricas, crecí

Siempre juntos.

Estos últimos meses me parece que en mi camino se han puesto diez mil señales, en el trabajo nos hicieron ir a una conferencia sobre el cambio en la juventud y todo ese tema tedioso de que hacemos todo mal, pero la verdad es que creo que fueron las dos horas mejor invertidas de mi año, la conferencia fue buenísima en general, pero la parte que más me sorprendió fue la parte del amor y el compromiso, me dio un poco de tristeza darme cuenta de que mi generación simplemente no puede comprometerse, le huye al compromiso, es como si no pudiera amar a una sola persona, como si temiera verse tonta por estar enamorada. Estoy entrando a una relación nuevamente, luego de un tiempo de estar sola y de intentar conocerme a mí misma, pensar lo que quería, lo que sentía que me convenía y sobretodo comenzar a amarme, porque había perdido mucho de mí en el año anterior, en fin, cuando comencé esta relación me di cuenta que empecé a amarlo esperando que me fallara, esperando el final, porque para mí, i