Té caliente.
Comienzo a mirar las caras de la gente, caminando, pensando en ellos mismos, en sus problemas, nadie se detiene a ver el hermoso paisaje que hay alrededor, todos tan distantes. Cada quien desde su mundo se enamora, y deciden compartir mundos desde entonces. Algunas personas llegan a preocuparse realmente por alguien, otros simplemente se disfrazan con generosidad, desde adentro miran con hostilidad ahogados en un rio de egoísmo. Entonces me pongo a pensar ¿Qué le falta al mundo? Y llego a muchas conclusiones. Música, amor, compresión… o tan solo té caliente. Té caliente para el corazón.
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