Vacía.

Mi cabeza es un revoltijo de ideas, está llena, de recuerdos, de palabras, de frases, de historias, de cosas nuevas, de cosas viejas, de proyectos, de anécdotas ajenas, de imágenes de terceros, llena hasta el tope, llena a reventar, llena.
Mi alma, mi alma es otro terreno... de repente, nada tiene sentido, no siento nada, no siento miedo, no siento felicidad, no siendo duda, sólo esta profunda tristeza, comienzo a ignorar todo ¡monotonía! como la odio.
De un momento para otro, todo se volvió absurdo, todo fuera de las tablas o de mis letras, dejó de tener el más mínimo sentido, no siento, no siento nada... sólo este profundo, profundo vacío, que se llena lentamente con los libros, pero se hace cada vez más hondo.
No siento nada... 
Una sonrisa de costumbre, una mirada cansada, un alma vacía.
Como sin querer, camino sin ir, sonrió sin sentir, estoy sin estar, y sólo sueño... vivo sin vivir, vivo mecánicamente, vivo porque sí.
En un parpadeo, pasé de querer tomar la vida por los cuernos, a querer escapar de todo, un odio irracional, una rabia contra el mundo, después de todo, creo si siento... pero casi nada positivo.
Veo todo como desde una burbuja, parece que la gente es feliz y ríe a mi alrededor, parece que ellos ignoran todo lo que le pasa a las demás personas, parece que nada les importara, y yo sólo los observo, y de vez en cuando los detesto... los detesto tanto.
Así que aquí estoy, en mi mundo, sentada en una butaca, mirándolos a todos y sonriendo con ironía, ¿Cuándo les pasará a ellos? Quizás nunca, quizás nunca entiendan, tampoco.