El amor te hace bien, si no, no es amor.

Mándalos a todos al carajo.
Eso sí, con buen tono.
Ay, Sabina, tú siempre tienes las palabras necesarias en el momento preciso. 
Yo lloro, porque no sé de qué otra manera sacar las emociones de mí, cuando siento tristeza, lloro, o se me hace un nudo en la garganta y siento que vomito la vida.
Cuando siento rabia lloro, o siento que no pertenezco a mi cuerpo y golpeo todo, y grito, y me rasguño la cara.
Cuando me siento decepcionada, lloro, porque si no siento que se me caen los brazos, que se me vuelven tan pesados que nunca voy a poder levantarlos de nuevo (Así me siento mientras escribo esto) 
Lo peor de estar decepcionada no es el peso abismal en los brazos, ni el frío en los dedos, tampoco el vacío en la boca del estómago ni ese sentimiento amargo en la garganta, lo peor de sentirse decepcionada, es que además de todo eso, también sientes que vomitas la vida, y también sientes que no perteneces a tu cuerpo y que tiemblas de rabia (Así me siento mientras escribo esto) y también ves todo borroso, como si de repente el mundo no fuese el mundo, como si de repente todos fuesen de mentira y tu eres de verdad, y tu tienes que aguantar ese dolor, tu, de entre todos, tu tienes que soportar esa duda enorme y esa desesperanza. 
Te haces mil preguntas ¿Por qué a mí? ¿Por qué tengo que pasar por esto? ¿Por qué él hizo eso? ¿No me merezco algo diferente? Y haces memoria de todas tus cagadas, porque en alguna de esas debe estar la respuesta, y te echas la culpa, porque eventualmente es tu culpa, y después quieres gritar.
Y estoy en el punto en que quiero gritar, y quiero estar sola, quiero estar tan sola como nunca he estado, sola en la inmensidad, sola. 
Pero la vida no se detiene por una decepción, ni por tus brazos pesados, ni por el nudo en la garganta, ni las ganas de vomitar.
Tiemblo de rabia.
Nunca me había pasado, pero tiemblo de rabia, y extrañamente sólo deseo morder algo, es gracioso ¿verdad? morder algo.
Pero no puedo morder nada, ni gritar, sólo puedo temblar de rabia aquí sentada y seguir preguntándome ¿por qué? ¿qué hice mal? 
Pero supongo que uno no tiene la culpa de equivocarse, ni de tomar malas decisiones. (Supongo mal, uno si tiene la culpa.)
En fin.
Mándalos a todos al carajo.
...
Con buen tono. 
(Y tómate una solera azul, para tragarte el nudo de la garganta.) 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las 15 mejores películas adolescentes.

"一日三秋"

Y grita ¡Viva Fidel! - Poema Cubano.