Consumirse
Se sintió frustrada, era un sentimiento constante, en realidad, desde que comenzó a hablarle cada vez que pensaba en él pasaba del placer a la frustración en unos segundos. Lo quería tener, maldita sea, quería tenerlo cerca, besarlo, susurrarle cosas al oído, abrazarlo, oler su piel, sentir su tacto, quería saber si su cabello era suave, si sus manos estaban ásperas, el color exacto de sus ojos, quería tenerlo cerca, junto a ella, dentro de ella, no importaba realmente. Quería saber cómo se sentiría hacerle el amor, cómo se sentiría dormir entre sus brazos grandes, escuchar su respiración, sentir sus besos calientes en todo el cuerpo. Más allá de eso, más allá del deseo físico que la consumía, ella quería saberlo todo sobre él. Quería saber cómo se escuchaba su risa, cómo sonaba su voz, cómo iba a reaccionar cuando le dijera todo lo que quería de él, quería ver su sonrisa, porque casi podía imaginarla, quería saber si había sufrido, si había sido feliz, cuándo fue el día más triste