Perfectamente imperfecta.
En algún momento llegué a pensar que todo lo que necesitaba era ser hermosa, ese momento en la vida de una chica en que miras a las demás y sientes que todas son más bellas que tú, esa etapa donde tienes demasiados complejos y te inventas defectos (aún sin ver los que ya tienes).
No sentía envidia de las demás, sé que no era eso. Sólo quería ser un poco más hermosa, pero un día simplemente lo noté... me di cuenta de cuanto valía, de lo hermosa que era, del brillo especial que había en mis ojos, de que mi sonrisa de lata brillaba aún estando torcida, de que mis pechos pequeños eran el universo de alguien y que mis caderas eran perfectas tal y como son. Entonces también noté que las estrellas envidian ese brillo y las guitarras mi figura, que todo lo que soy le gana mil veces a mi imperfecto físico, no digo que ya no tengo complejos pero intento notar antes mis defectos, me doy cuenta de que he madurado demasiado porque ya no me quejo de mis kilos de más, trato de eliminarlos, ya no pienso que necesito quitar las espinillas, acepto que estoy cambiando y las evito. Me quiero cada día más, como soy, no necesito que nadie me ame (y alguien me ama por cierto) tengo suficiente con el amor que yo misma me doy.
Soy feliz tal como soy... perfectamente imperfecta.
No sentía envidia de las demás, sé que no era eso. Sólo quería ser un poco más hermosa, pero un día simplemente lo noté... me di cuenta de cuanto valía, de lo hermosa que era, del brillo especial que había en mis ojos, de que mi sonrisa de lata brillaba aún estando torcida, de que mis pechos pequeños eran el universo de alguien y que mis caderas eran perfectas tal y como son. Entonces también noté que las estrellas envidian ese brillo y las guitarras mi figura, que todo lo que soy le gana mil veces a mi imperfecto físico, no digo que ya no tengo complejos pero intento notar antes mis defectos, me doy cuenta de que he madurado demasiado porque ya no me quejo de mis kilos de más, trato de eliminarlos, ya no pienso que necesito quitar las espinillas, acepto que estoy cambiando y las evito. Me quiero cada día más, como soy, no necesito que nadie me ame (y alguien me ama por cierto) tengo suficiente con el amor que yo misma me doy.
Soy feliz tal como soy... perfectamente imperfecta.
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