Memorias de mis putas (navidades) tristes.
Tengo 18 años, que son 18 navidades, de las que alcanzo a recordar unas 10, y en las cuales siempre he tenido el mismo árbol de navidad (Que es mínimo, pequeño, pequeñito).
Por alguna razón, no tengo ningún recuerdo realmente feliz sobre la navidad sino una serie de recuerdos bonitos que en conjunto podrían hacer mis navidades felices y que ahora evoco con nostalgia.
Las navidades en mi vida (Y creo que en la de todos los venezolanos) han ido en decadencia, sin embargo, hace un par de años todavía se veía la pila de regalos al pie del árbol y del pesebre (que cada año es más pequeño, pero no por la crisis, sino por la pereza) sin embargo éste año, esas putas (navidades) tristes parecen un sueño lejanísimo que no viví yo, sino que me contaron.
Un año recuerdo que estrené una falda beige muy bonita, con una camisa roja de manga larga, y mi mejor amiga se puso una igual, con una camisa rosa (Que ahora que lo pienso la de ella tenía más caché)
Otro año recuerdo que me puse a llorar porque llegó una cava gigante a mi casa, y cuando la abrí estaba la cabeza de un cerdo enorme (Que después me comí el resto del cerdo, con un gusto, que ni te cuento) pero en el momento me dio una pálida, porque nunca había visto lo que me iba a comer en ese estado (Que después la cosa cambia, y uno disfruta lo que se va a comer cuando está vivo)
Tampoco he visto las luces de navidad en la ventana, en las puertas, en los árboles de los jardines, en los techos, en todas partes, y no he escuchado ni un "raspa-raspa" (Nada más el 07 de diciembre, que fue la única noche buena del mes), pero disparos, sí, a veces.
Y hace dos años cuando todavía recibí una caja de chocolates, chocolates deliciosos, y me quejé de la crisis porque "la cosa está tan arrecha que sólo me dieron un reloj y un móvil nuevo."
Y me acuerdo de todo esto porque iba a ir al cine el jueves (Porque las damas pagan la mitad) y alguien me dijo que era 24 de diciembre, y yo no puedo creer que ni siquiera me he comprado un par de calzones.
Porque la cosa está fuerte, y lo que me quedó fueron las memorias de mis putas (navidades) tristes, pero más triste que ésta, ninguna.
Por alguna razón, no tengo ningún recuerdo realmente feliz sobre la navidad sino una serie de recuerdos bonitos que en conjunto podrían hacer mis navidades felices y que ahora evoco con nostalgia.
Las navidades en mi vida (Y creo que en la de todos los venezolanos) han ido en decadencia, sin embargo, hace un par de años todavía se veía la pila de regalos al pie del árbol y del pesebre (que cada año es más pequeño, pero no por la crisis, sino por la pereza) sin embargo éste año, esas putas (navidades) tristes parecen un sueño lejanísimo que no viví yo, sino que me contaron.
Un año recuerdo que estrené una falda beige muy bonita, con una camisa roja de manga larga, y mi mejor amiga se puso una igual, con una camisa rosa (Que ahora que lo pienso la de ella tenía más caché)
Otro año recuerdo que me puse a llorar porque llegó una cava gigante a mi casa, y cuando la abrí estaba la cabeza de un cerdo enorme (Que después me comí el resto del cerdo, con un gusto, que ni te cuento) pero en el momento me dio una pálida, porque nunca había visto lo que me iba a comer en ese estado (Que después la cosa cambia, y uno disfruta lo que se va a comer cuando está vivo)
Tampoco he visto las luces de navidad en la ventana, en las puertas, en los árboles de los jardines, en los techos, en todas partes, y no he escuchado ni un "raspa-raspa" (Nada más el 07 de diciembre, que fue la única noche buena del mes), pero disparos, sí, a veces.
Y hace dos años cuando todavía recibí una caja de chocolates, chocolates deliciosos, y me quejé de la crisis porque "la cosa está tan arrecha que sólo me dieron un reloj y un móvil nuevo."
Y me acuerdo de todo esto porque iba a ir al cine el jueves (Porque las damas pagan la mitad) y alguien me dijo que era 24 de diciembre, y yo no puedo creer que ni siquiera me he comprado un par de calzones.
Porque la cosa está fuerte, y lo que me quedó fueron las memorias de mis putas (navidades) tristes, pero más triste que ésta, ninguna.
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