Así pasa la vida.
-Así pasa la vida.-
Susurró con su voz grave y cálida.
Ella cerró los ojos, y vio los de él.
-Así pasa la vida.-
Respondió ella con su voz aguda y fría.
Él la miró fijamente.
La curva de su cuello,
la forma de su pequeña nariz,
la sensualidad de sus labios,
y sus pestañas como mariposas.
Sintió la mirada de él,
pesada sobre su rostro,
abrió los ojos, y vio los de él.
Profundos, castaños.
Su barba de varios días,
sus facciones rudas,
sus hombros anchos.
Ambos sonrieron.
-Así pasa la vida.-
Susurraron a la vez,
mirándose profundamente.
Él quiso besar sus labios dulces,
ella quiso enterrar su nariz en su cuello.
Pero ambos voltearon,
y dejaron de mirarse.
Y la burbuja que los unía,
la burbuja que los separaba de todos a su alrededor,
se rompió.
-Así pasa la vida.-
Pensó ella.
-Qué amargo.-
Pensó él.
Pero no se lo dijeron.
Y tampoco se besaron.
Y así pasa la vida.
Susurró con su voz grave y cálida.
Ella cerró los ojos, y vio los de él.
-Así pasa la vida.-
Respondió ella con su voz aguda y fría.
Él la miró fijamente.
La curva de su cuello,
la forma de su pequeña nariz,
la sensualidad de sus labios,
y sus pestañas como mariposas.
Sintió la mirada de él,
pesada sobre su rostro,
abrió los ojos, y vio los de él.
Profundos, castaños.
Su barba de varios días,
sus facciones rudas,
sus hombros anchos.
Ambos sonrieron.
-Así pasa la vida.-
Susurraron a la vez,
mirándose profundamente.
Él quiso besar sus labios dulces,
ella quiso enterrar su nariz en su cuello.
Pero ambos voltearon,
y dejaron de mirarse.
Y la burbuja que los unía,
la burbuja que los separaba de todos a su alrededor,
se rompió.
-Así pasa la vida.-
Pensó ella.
-Qué amargo.-
Pensó él.
Pero no se lo dijeron.
Y tampoco se besaron.
Y así pasa la vida.
Comentarios
Publicar un comentario