Escondida.
Siempre escondida, entre
mis libros, leyendo líneas y líneas, frunciendo el ceño, mordiéndome el labio,
encerrada en mi mundo, sin notar que todo a mí al rededor se caía
constantemente, era mucho mejor estar en los libros, en mundos mágicos,
fantásticos, románticos, preciosos.
Cuando comencé a prestar atención al mundo me di cuenta que era
hermoso, quizá de vez en cuando las personas que no lo notaban te herían y
pisoteaban, entonces dejé los libros de lado, pero de vez en cuando mi
debilidad por ellos me ganaba y volvía a esconderme entre mis enmarañados
cabellos y ellos.
Luego descubrí esto, este mágico mundo que me permite estar del
lado del escritor, que me permite esconderme y ser vista a la vez, porque me
ven a través de mis letras pero también me escondo entre ellas.
Luego, comencé a hacer teatro, me escondía detrás de un personaje,
uno que era completamente opuesto a mí, pero eso me llena, pues cuando actúo
siento que grito al mundo lo que siento, aunque no sea yo, aunque sea un
personaje.
Quizá esta es la historia de mi vida, vivir escondida, detrás de
un libro, detrás de un personaje, detrás de mis letras, detrás de la música que
escucho, detrás de la sombra de esas personas que sin saberlo me opacan. Detrás
de un prototipo de chica que no soy, detrás de todas las que son más hermosas,
más inteligentes, más valientes o incluso más talentosas.
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