Ámame.

Cuando mi voz se apague,
y mi garganta se seque.
Cuando mis ojos se humedezcan,
y mi mirada se canse.

Cuando mis piernas flaqueen,
y no quiera seguir caminando.
Cuando mis mejillas estén empapadas de llanto.

Cuando mi piel esté surcada de arrugas,
y mis dedos no escriban con la misma fuerza.
Y cuando diga que no te amo, aunque sea mentira.

Cuando mi corazón deje de latir,
cuando mi sonrisa desaparezca de mi rostro,
cuando mis labios estén fríos y pálidos,
cuando suelte mi último suspiro.

Cuando parezca que he muerto,
que ya no vivo,
que ya no siento,
ámame.
Porque estaré a tu lado más que nunca.

Cuando muera, no en cuerpo, en alma,
cuando me apague,
cuando me derrumbe de tristeza.

Cuando sonría aunque esté rota, 
cuando diga que estoy bien aunque no sea cierto,
cuando asienta con una sonrisa aunque quiera gritar ¡No!
ámame, porque todo lo hago por ti.

Ámame, porque puedes.