¿Vivimos en una distopía? Parte 7: ¿Podremos terminar con esto?

 "Su mente se deslizó por el laberíntico mundo del doblepensar. Saber y no saber, hallarse consciente de lo que es realmente verdad mientras se dicen mentiras cuidadosamente elaboradas, sostener paralelamente dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer sin embargo en ambas."

El concepto que nos enseña Winston sobre "doblepensar" puede parecer confuso, pero lo ponemos en práctica todo el tiempo, incluso sin darnos cuenta, escuchamos las mentiras sabiendo la verdad pero de todas formas poniendo en tela de juicio la información verídica, manejar dos conceptos, saber y no saber, sostener dos opiniones sabiendo que son contradictorias, por ejemplo, sabemos que Corea del Norte se llama República Democrática de Corea, y la llamamos así, pero sabemos que es una contradicción, pues Corea no es una democracia.

Sin embargo, nosotros, que nos creemos seres pensantes, muchas veces ocultamos la verdad de nuestros propios ojos, muchas veces nos mentimos para no afrontar la realidad que nos rodea, y siempre un pedazo de nuestra conciencia nos recuerda que conocemos la veracidad de las cosas, aunque nos castiguemos por saber.

¿Cómo terminar entonces con los regímenes totalitarios cuando una parte de nosotros está seguro que no se puede acabar y la otra nos pide que mantengamos una "esperanza"?

"Si hay alguna expectación, escribió Winston, está en los proles. Si había esperanza, tenía que estar en los proles porque sólo en aquellas masas abandonadas, que formaban el ochenta y cinco por ciento de la población de Oceanía, podría encontrarse la fuerza suficiente para destruir el Partido."

Al parecer, a lo largo de la historia, todos piensan lo mismo, "la expectación está en los proles" en aquellas masas abandonadas y olvidadas, las pobres masas ignoradas, a quienes se les ha arrebatado la oportunidad, siquiera de soñar, "el pueblo" todos pensaron lo mismo, cuando cayeron las grandes monarquías, luego las terribles dictaduras, los largos regímenes, fue el pueblo.

En Venezuela es conocida esa frase que a la gente le encanta decir para poner un ultimátum a las cosas "cuando bajen los barrios, cae la dictadura", ¿qué nos hace creer esto? ¿cuál es la razón de que pongamos toda nuestra esperanza en un cúmulo de gente que apenas puede sobrevivir? 

La palabra "prole" en realidad no se refiere a proletariado, que es en lo primero que pensamos cuando leemos el término, en realidad, prole viene del latín "proles" y significa linaje o descendencia, por lo tanto, todos somos proles, el linaje o la descendencia de aquellos que alguna vez pudieron quitarse de encima una bota opresora, todos somos la prole de estas patrias olvidadas, aunque suene "muy de izquierdas"

Sin embargo, siempre ponemos la esperanza en quienes, creemos, se ven más afectados por estas situaciones de injusticia y desigualdad ¿por qué?

"Recordó Winston una vez que había dado un paseo por una calle de mucho tráfico cuando escuchó un tremendo grito múltiple. Centenares de voces, voces de mujeres, salían de una calle lateral. Era un formidable grito de ira y desesperación, un tremendo ¡O-o-o-o-oh! Winston se sobresaltó horrendamente. ¡Ya empezó! ¡Un motín! pensó. Por fin, los proles se sacudían el yugo; pero cuando llegó al sitio de la aglomeración vio que una multitud de doscientas o trescientas mujeres se agolpaban sobre los puestos de un mercado callejero con expresiones tan trágicas como si fueran las pasajeras de un banco en trance de hundirse. En aquel momento, la desesperación general se quebró en incontables peleas individuales. Por lo visto, en uno de los puestos habían estado vendiendo sartenes de lata. Eran utensilios muy malos, pero los cacharros de cocina eran siempre de casi imposible adquisición."

Supongo que todos pueden asociar esta anécdota de los cacharros de lata con alguna de la vida real, es muy normal y sin embargo, muy reveladora, es la razón por la cual perdí la fe en las masas, por sus protestas y peleas absurdas causadas por cosas banales y completamente trascendentales (como las protestas por el pernil en navidad que ya parecen un evento anual) por la completa falta de interés que parecemos poner a los asuntos realmente importantes. 

En el libro, en la relación que Winston tiene con Julia, nos muestran otro tipo de ciudadano, aquel a quien no le importa nada mientras no afecte su vida en un sentido individual, que se acostumbra a sobrevivir y hace de esto su día a día, Winston le dice a Julia en cierto momento que sólo es una rebelde de la cintura para abajo, pues ellos mantienen una relación extra-matrimonial que es ilegal, pero que en lo demás, lo verdaderamente importante, es una ortodoxa más.

¿Acaso no somos todos un poco como Julia? Si nos ponemos a pensar, las dictaduras y los gobiernos en general se han empeñado tanto en convertir ciertos problemas en algo de nuestro día a día, que cuando conseguimos una solución parcial, apenas nos acordamos que antes era más sencillo.

Por ejemplo, en Venezuela, los años 2015 y 2016 fueron realmente duros, la comida escaseaba más que de costumbre, y sus precios eran absurdos, el Venezolano promedio protestó (recuerdo perfectamente esos días como si fueran recuerdos de la guerra) durante semanas, tal vez meses, por todas las razones que incomodaban nuestra vida, pero con el tiempo, las personas se fueron cansando, fueron encontrando soluciones para la escasez, luego para la falta de dinero, hasta que en cierto punto nos acostumbramos a las formas difíciles de hacer todo posible ¿quién puede culparnos? había que seguir viviendo de alguna manera.

Así que ¿no somos todos un poco como los proles del libro? Luchando individualmente por los problemas del colectivo, emigrando, buscando otras formas de ganar dinero, otras formas de cocinar sin gas, de sobrevivir sin agua, de pasar el tiempo sin luz, de alimentarnos con lo que haya... ¿Quién puede culparnos por querer vivir una vida normal fuera del trauma terrible que nos han dejado nuestros respectivos infiernos? 

Como venezolana estoy acostumbrada a que mis, ahora vecinos, me digan "¿Y por qué no sacan a Maduro?" o "Nosotros también tuvimos un presidente así, pero no nos dejamos, lo sacamos, ustedes se fueron de su país sin luchar" al principio me causaba mucha rabia, lo veía como una ofensa a los cientos de muertos que ha dejado esta dictadura, ahora sólo me irrita, no respondo ¿en serio pueden culparnos por querer vivir desprendidos de una realidad que sólo nos hace darnos golpes en la frente? ¿Por cuánto tiempo podemos aguantar sobrevivir? 

Y la pregunta más importante ¿realmente podremos terminar con esto? 

 

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