Deseos prohibidos.

Y ahí estaban, corriendo, huyendo del celoso destino que intentaba separarlos, tomados de las manos, con la lluvia golpeando su cara, dos adolescentes que se hicieron adultos demasiado rápido gracias a una guerra que no era de ellos pero que deberían librar, de bandos distintos y creencias diferentes... lo más lógico era que se odiaran pero lo único que podían hacer era amarse, con un deseo incontrolable que los quemaba por dentro, entonces él se detuvo y le dijo al oído cuanto la amaba y que haría lo que fuera por estar con ella, ella sonrío con los ojos llenos de lágrimas rebeldes que se negaban a no rodar por sus mejillas.
Entonces él tomó su rostro entre sus manos y la besó, adentrándose en su alma y buscando en sus ojos un rayo de esperanza, corrieron de nuevo a esa habitación donde tantas veces se amaron, y en ese viejo colchón otra vez se entregaron mutuamente, y todo fuera de la cama parecía un mundo hostil y frío, que no entendía lo que sentían ellos, y ahí, donde sus manos se encontraban ellos eran completamente felices, él sin pensar que en un futuro sería quien la matara quizás y ella sin recordar que no podía estar con él pues su deber era llevarlo a podrirse en una cárcel... con tantas ganas de escapar, sus sueños desaparecían en cada orgasmo.