Dramione: Capítulo 7: Piel de serpiente.
Los días siguientes pasaron con normalidad aunque Hermione y Draco compartían miradas y sonrisas pícaras... Ginny las notó pero decidió no preguntar nada, un día Hermione estaba en pociones y recibió un papelito "Después de encantamientos en aquel salón donde hablamos antes" Hermione miró hacia todos lados pero no había señas de quien había enviado aquel mensaje...
Encantamientos pasó lento y aburrido y cuando llegó la hora se encontró ahí... sentada en el saloncito. Escuchó pasos lentos y se asustó... pero cuando la persona entró ahí sus ojos no podían creer lo que veían.
Draco Malfoy entró al salón con la cabeza gacha.
-No digas nada, sólo... escucha.- Dijo con la voz temblorosa Malfoy, Hermione asintió con los ojos muy abiertos y una expresión de impresión. -No me gustas como para abrazarte y dar la vida, no soy de los que regalan flores y chocolates, tampoco de los que dicen babosadas como te quiero y esas porquerías, pero si aceptas lo que te voy a proponer te prometo que pasaras ratos muy divertidos, y puede que aquel beso en el que te dejé con ganas de más se prolongue. Lo que digo es, los dos nos tenemos ganas ¿para qué negarlo? ayer lo dejaste claro en el baño de prefectos. Entonces te ofrezco esto: matamos las ganas, cuando alguno de los dos se canse se olvida el asunto, eso es todo, nada de amor, nada de dolor, nada de complicaciones, nadie tiene que saber nada.- no había acabado de decir nada cuando la mano de Hermione impactó fuertemente en su mejilla. -Me lo esperaba.- Dijo Draco.
-¿Qué te crees que me puedes decir eso?- Dijo Hermione indignada aunque por dentro ella también quería eso, nunca había deseado a alguien de tal manera.
-Me creo que te gusto y que me gustas pero siendo sincero lo veo tan imposible que llega a ser sexy.- Dijo Draco con una sonrisa.
Hermione cerró la puerta y la encantó para que nadie pudiese entrar. -Escuchame muy bien Draco Malfoy, acepto lo que propones pero si alguien se llega a enterar yo misma te lanzaré un avada, serán algunos besos, platicamos, y punto. Como para matar las ganas ¿de acuerdo?- Dijo ella extendiendo su mano.
-No creas que quiero que sepan que estuve metiendo mi lengua en la boca de una sangre sucia... no sería bien visto.- Respondió Draco tomando la mano de Hermione.
-¿Me llamas sangre sucia? ¿Tú...- no pudo terminar de hablar porque Draco se le había lanzado encima a besarla como desquiciado, nunca la habían besado con tanta... violencia y a la vez tanta calidez, le gustaba, le encantaba... y así pasaron la tarde, luego ella salió y a los 10 minutos él salió. No sin antes decirle "A la misma hora mañana".
No compartieron palabra, miradas o contacto alguno en el día siguiente, sólo llegaban, se besaban y se iban, lo cual para Hermione se estaba volviendo algo adicitivo y Draco sentía que cada día le gustaba más, no sólo se besaban, mantenían conversaciones divertidas y hasta se reían un poco juntos, nadie lo creería de habérselo contado.
Un día mientras se besaban Draco tocó la pierna de Hermione suavemente con la yema de sus dedos, esta se sobre saltó y lo miró algo asustada... -Deja, no seas tan miedosa, no haré nada.- Dijo Draco sonriendo... a Hermione nunca la habían tocado en su vida, ella sentía que Draco quería las cosas rápidas porque no era su primera vez pero lo que nadie sabía era que el líder de las serpientes nunca en su vida había estado con alguien... aunque eso aparentara.
Nunca en su vida había amado pero eso estaba claro y lo único importante para él era su madre, porque no había conocido el amor jamás. Lo que la gente conocía era sólo dura y escamosa piel de serpiente.
Encantamientos pasó lento y aburrido y cuando llegó la hora se encontró ahí... sentada en el saloncito. Escuchó pasos lentos y se asustó... pero cuando la persona entró ahí sus ojos no podían creer lo que veían.
Draco Malfoy entró al salón con la cabeza gacha.
-No digas nada, sólo... escucha.- Dijo con la voz temblorosa Malfoy, Hermione asintió con los ojos muy abiertos y una expresión de impresión. -No me gustas como para abrazarte y dar la vida, no soy de los que regalan flores y chocolates, tampoco de los que dicen babosadas como te quiero y esas porquerías, pero si aceptas lo que te voy a proponer te prometo que pasaras ratos muy divertidos, y puede que aquel beso en el que te dejé con ganas de más se prolongue. Lo que digo es, los dos nos tenemos ganas ¿para qué negarlo? ayer lo dejaste claro en el baño de prefectos. Entonces te ofrezco esto: matamos las ganas, cuando alguno de los dos se canse se olvida el asunto, eso es todo, nada de amor, nada de dolor, nada de complicaciones, nadie tiene que saber nada.- no había acabado de decir nada cuando la mano de Hermione impactó fuertemente en su mejilla. -Me lo esperaba.- Dijo Draco.
-¿Qué te crees que me puedes decir eso?- Dijo Hermione indignada aunque por dentro ella también quería eso, nunca había deseado a alguien de tal manera.
-Me creo que te gusto y que me gustas pero siendo sincero lo veo tan imposible que llega a ser sexy.- Dijo Draco con una sonrisa.
Hermione cerró la puerta y la encantó para que nadie pudiese entrar. -Escuchame muy bien Draco Malfoy, acepto lo que propones pero si alguien se llega a enterar yo misma te lanzaré un avada, serán algunos besos, platicamos, y punto. Como para matar las ganas ¿de acuerdo?- Dijo ella extendiendo su mano.
-No creas que quiero que sepan que estuve metiendo mi lengua en la boca de una sangre sucia... no sería bien visto.- Respondió Draco tomando la mano de Hermione.
-¿Me llamas sangre sucia? ¿Tú...- no pudo terminar de hablar porque Draco se le había lanzado encima a besarla como desquiciado, nunca la habían besado con tanta... violencia y a la vez tanta calidez, le gustaba, le encantaba... y así pasaron la tarde, luego ella salió y a los 10 minutos él salió. No sin antes decirle "A la misma hora mañana".
No compartieron palabra, miradas o contacto alguno en el día siguiente, sólo llegaban, se besaban y se iban, lo cual para Hermione se estaba volviendo algo adicitivo y Draco sentía que cada día le gustaba más, no sólo se besaban, mantenían conversaciones divertidas y hasta se reían un poco juntos, nadie lo creería de habérselo contado.
Un día mientras se besaban Draco tocó la pierna de Hermione suavemente con la yema de sus dedos, esta se sobre saltó y lo miró algo asustada... -Deja, no seas tan miedosa, no haré nada.- Dijo Draco sonriendo... a Hermione nunca la habían tocado en su vida, ella sentía que Draco quería las cosas rápidas porque no era su primera vez pero lo que nadie sabía era que el líder de las serpientes nunca en su vida había estado con alguien... aunque eso aparentara.
Nunca en su vida había amado pero eso estaba claro y lo único importante para él era su madre, porque no había conocido el amor jamás. Lo que la gente conocía era sólo dura y escamosa piel de serpiente.
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