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Mostrando entradas de mayo, 2022

Sólo de ti

Solo una vez más, pensé, y me lancé al vacío, sólo una vez más, a nadie le hace daño, una vez más. Tus ojos, profundos y serenos, me susurraban al oído los más hermosos secretos. Tus gemidos,  empapando mi cuello, me agradecían, el placer que te daban mis manos. Una vez más, sólo una vez más, a nadie le hace daño, el amor... a nadie le hace daño. Te eché los brazos al cuello, me acurruqué en tu pecho, y juntos mirando al techo, nos dijimos mil mentiras. Una vez más, amor sólo una vez más, te perdono una vez más, tú perdóname una vez más. ¿Cuánto daño yo te he hecho? ¿Cuánto de eso me has devuelto? No puedo culparte, cariño a veces somos como niños, espantando a las palomas, corriendo al filo del abismo. Ya no sé ni qué decirte, así que quiero pedirte, en este viernes tan triste, un poco de compasión. Jamás me canso de escribirte, pues con todo lo que me diste, lo único que me queda, es poder pedir perdón. Ya no reconozco tu rostro, ya no sé si hay un nosotros, pues de un día para otro,

La sociedad de los poetas muertos.

  La felicidad no escribe,  eso lo aprendí a las malas. De alguna manera la depresión es un patrón común que se mezcla muy bien con los montones de cuadernos con poemas y los ríos de tinta que cuentan historias. De alguna manera, siempre es más fácil escribir cuando estás profundamente triste. Karyotakis un día se lanzó al río, pero como saben, el instinto de supervivencia es algo extraño y florece incluso sin un ápice de ganas de vivir, nadó hasta salvarse, luego escribió un consejo sobre el suicidio y se pegó un tiro.  "Mientras camino, una sombra me sigue desde arriba como una nube pesada o la pluma de un pájaro de mal agüero.  Está conmigo a dondequiera que vaya, conmigo en lo que haga, y tampoco me deja ver el sol de Dios."   Constantemente escribo sobre esta enfermedad que me aqueja, últimamente ha estado ausente, y de repente se me olvidó cómo definirla, por no sentirla me olvido de ella, pero le tengo un pavor mudo, estoy siempre a la defensiva, esperando que aparezca

Esto no es un poema.

  A veces pienso que no sé quién soy. Tengo casi veinticinco años habitando esta piel, y todavía hoy me encuentro marcas nuevas. Me encantaría decir que me conozco, pero la verdad es que cada día me sorprendo, es decir, sé que me gusta escribir, leer, bailar, pintar, reír, soñar, llorar... llorar. Pero a veces me descubro nuevos hábitos, a veces también nuevos miedos. Me encantaría decir que sé exactamente, como funciona mi cerebro, pero la verdad es que a veces descubro, que no funciona igual que el resto. Hago marcas en mi cuaderno, cuántos días llevo en esto, hace cuánto necesito cuatro alarmas, para recordar las píldoras, que me ayudan a no desprenderme de mi cuerpo. Uno, dos, seis, diez, ya no recuerdo cuánto tiempo ha pasado. Un día descubrí que ya no me sentía miserable, busqué en todas partes, pero no encontré la tristeza,  entonces comencé a dudar de mí misma ¿si no eres tristeza, qué eres? No sé si llamarle alegría, o si esta es la normalidad del resto del mundo. Esto ni siqu

La Kampuchea Democrática.

  El siglo XX es definido como "el siglo de los genocidios", Camboya, un país poco conocido del sudeste asiático, vecino de Vietnam, sufrió en silencio una terrible dictadura que poco a poco y de forma sistemática, convirtió al país en un enorme campo de trabajos forzados. Desde humillaciones, hambre, miseria y control social hasta asesinatos en masa, Camboya sufrió uno de los peores genocidios del siglo, que mermó significativamente su población y en especial se enfocó en eliminar el intelectualismo de su población. Camboya, ignorada durante años por la comunidad internacional, no sólo fue víctima de los terribles hombres que conformaban el comité central, sino que también se vio afectada por un derecho internacional basado en el interés. No fue sino hasta que el gobierno de Clinton estaba estudiando las pruebas de la guerra de Yugoslavia cuando salieron a la luz los documentos horribles que ponían en evidencia la barbarie que vivieron los ciudadanos camboyanos, fue entonces

La representación femenina: Themistoclea de Delfos.

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Desde el principio de los tiempos, somos los seres humanos quienes hacemos historia, discernir, dudar, preguntar y buscar respuestas está en nuestra naturaleza, es por eso que si pensamos en personas famosas de la antigüedad se nos vienen a la mente los primeros filósofos, matemáticos o sabios de las grandes sociedades antiguas. Como les dije, esta sección del blog es para hablar de las contrapartes femeninas de varias figuras ilustres que aparecen en la enciclopedia Océano sobre biografías de grandes personajes de la historia edición primaria, uno de los primero es Pitágoras, "el mago de los números". Sin embargo, hay una mujer que se menciona cuando se habla de la formación de Pitágoras, es Themistoclea de Delfos. La Sacerdotisa Themistoclea de Delfos (que ha recibido otros nombres dependiendo de las traducciones) nació aproximadamente en el año 600 a.C y fue sacerdotisa en el templo de Delfos, muy famoso en Grecia por contener el oráculo que se pronunció sobre Socrátes, af

¿Qué te hace feliz?

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Hay muchas cosas que no puedo recordar, por ejemplo, no puedo recordar la primera vez que sentí amor por alguien ajeno a mi familia, no puedo recordar la primera canción que me aprendí de memoria, no puedo recordar mi programa de televisión favorito de la infancia, ni la primera vez que me reí de un chiste buenísimo, pero definitivamente puedo recordar cuál fue el primer libro que leí entero por primera vez.  Mi iniciación a la lectura fue muy temprana, yo me eduqué con mi abuela, una mujer estricta pero amorosa que sabía enseñar mejor que nadie, jamás me habló demasiado fuerte, jamás me reprochó leer demasiado lento, "cuenta hasta cinco en tu mente cuando veas un punto y aparte y hasta dos cuando veas una coma, entonces continúa." así fue como me enseñó la que se convertiría en mi mejor amiga, mi mejor medicina y que en estos últimos años me ha salvado del terrible abismo en el cual estaba cayendo por culpa de esta terrible enfermedad que te hace sentir miserable. Recuerdo c

La representación femenina: Introducción.

Hace unos días en mi búsqueda incansable de libros usados o nuevos en cada librería que veo, encontré una gruesa enciclopedia de la editorial Océano, sobre biografías dirigidas a estudiantes en educación primaria. Me emocioné un montón y la traje conmigo porque ya saben que me encanta la historia, pero cuando llevaba un par de páginas leídas me di cuenta de algo: Oh, sorpresa, no había leído ni una sola biografía de alguna mujer. Me dispuse entonces a buscar en el índice y me di cuenta que si había algunas... cinco, para ser exactas, de 125 biografías, cinco de ellas, cada una de una sola página, fotografías incluídas. Marie Curie (por supuesto, amo su labor, pero a veces parece que descubrir un elemento es la única forma en la que puedes ser feminista) premio nobel de física y química, Gabriela Mistral, premio nobel de literatura, Frida Kahlo, Teresa de Calcuta y Rigoberta Menchú, ambas galardonadas con el premio nobel de la paz. Esto me hizo pensar, que dirigida a niños de primaria,

Le escribo al (des)amor

  Por alguna razón que jamás entiendo, se me hace mucho más fácil escribirle al desamor, es como si sintiera más claramente cuando estoy triste.  Mi amiga Sani una vez me dijo que la felicidad no escribía buena poesía, tal vez tiene razón, tal vez estamos condenadas a estar tristes para escribir algo real.  Virginia Woolf, una de mis poetisas favoritas es siempre descrita como una escritora atormentada, a estas alturas no sé muy bien qué es lo que me atormenta, no sé tampoco si ella logró descubrirlo. Mi doctor dijo que tal vez soy "propensa a la melancolía" me hizo un poco de gracia, pensé en Tita, que nació llorando a mares, dejando un montón de sal en la cocina.  Por lo general, cuando estoy sola y me pongo a pensar, es cuando me ataca la tristeza, a veces pienso si fue una especie de castigo divino, esta mente curiosa e inquieta que siempre está sobrepensando todo, como si las cosas tuvieran más de un significado. Para mí nada nunca ha sido blanco o negro, mi vida ha esta

¿Vivimos en una distopía? Parte 9: El final.

  "Estaba solo. El pasado había muerto, el futuro inconcebible. ¿Qué certidumbre podía tener él de que ni un solo ser humano estaba de su parte? Y ¿Cómo iba a saber si el dominio del partido no duraría siempre?"  Las preguntas que se hace Winston sobre la duración del régimen son las mismas que nos hacemos nosotros, a pesar de la esperanza, estos regímenes se han convertido en monstruos tan grandes que nadie cree que puedan ser derrotados ¿Algún día Cuba será libre? ¿Caerá el Chavismo en Venezuela? ¿Podrá Nicaragua vencer la dictadura?  Yo, particularmente, dudo y cuestiono todo, pero si un gigante como La Unión Soviética, que abarcaba 15 Repúblicas (Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Azerbaiyán, Armenia, Georgia, Ucrania, Moldavia, Bielorrusia, Lituania, Letonia y Estonia) unas 100 nacionalidades, 168.000.000 de habitantes y que duró casi 70 años (desde la Revolución de Octubre en 1917 hasta su disolución oficial el 25 de diciembre de 1991)

¿Vivimos en una distopía? Parte 8: Las barreras sociales.

  "Sin embargo, los pocos lujos que disfrutan -un buen piso, mejores telas, buena calidad del alimento, bebidas y tabaco, dos o tres criados, un auto o un autogiro privado- los colocan en un mundo desigual del de los miembros del Partido Exterior, y estos últimos poseen una ventaja similar en comparación con las masas sumergidas, a las que llamamos los proles. La atmósfera social es la de una ciudad sitiada, donde la posesión de un trozo de carne de caballo establece la divergencia entre la riqueza y la pobreza." Winston nos deja ver un punto muy importante, durante todo el libro él nos describe su vida como una vida de carencias, sin embargo cuando habla de "los proles" nos deja ver que estos llevan una vida mucho más austera, nos indica que él está al menos un escalón por encima de los proles, pero también un escalón por debajo de los miembros del Partido Interior, es decir, a pesar de la vigilancia, los uniformes y los controles, Oceanía no es un Estado igualitar

Arde.

  Me hicieron creer que venía con un destino que mi cuerpo era importante porque podía crear vida Me hicieron pensar que para ser importante,  debía concentrarme en ser la amante. Sé una buena mujer me han dicho incontables veces y yo asentía confundida sin entender muy bien el término. ¿Qué es una buena mujer? Le pregunté entonces a mi madre, pero ella tampoco sabía, pues había dado vida muy joven todavía. ¿Qué es una buena mujer? Le preguntó a su madre  Pero ella tampoco sabía,  de haberlo sabido, tal vez él no se habría ido. ¿Qué es una buena mujer?  Me pregunto todos los días,  pero la sociedad me responde con ideas vacías. No muestres esto o aquello,  a menos que seas musa de un hombre, no crees tu propio arte, a menos que te inspire el amor, no el amor por ti misma no el amor por las tuyas. ¿Qué amor puedo sentir entonces? El amor devoto por un hombre pero no demasiado,  jamás des demasiado. ¿Cuánto es demasiado?  Pregunté y los tabloides me respondieron  con sangre, muerte y ult

¿Vivimos en una distopía? Parte 7: ¿Podremos terminar con esto?

  "Su mente se deslizó por el laberíntico mundo del doblepensar. Saber y no saber, hallarse consciente de lo que es realmente verdad mientras se dicen mentiras cuidadosamente elaboradas, sostener paralelamente dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer sin embargo en ambas." El concepto que nos enseña Winston sobre " doblepensar"  puede parecer confuso, pero lo ponemos en práctica todo el tiempo, incluso sin darnos cuenta, escuchamos las mentiras sabiendo la verdad pero de todas formas poniendo en tela de juicio la información verídica, manejar dos conceptos, saber y no saber, sostener dos opiniones sabiendo que son contradictorias, por ejemplo, sabemos que Corea del Norte se llama República Democrática de Corea, y la llamamos así, pero sabemos que es una contradicción, pues Corea no es una democracia. Sin embargo, nosotros, que nos creemos seres pensantes, muchas veces ocultamos la verdad de nuestros propios ojos, muchas veces nos mentimos para no afron