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Mostrando entradas de 2016

Magia

Yo no creía en la magia. Por la noche me da calor, y me alejo de él, hoy cuando dormía, solté su mano y comenzó a tantear la cama buscando la mía de nuevo, como diciéndome "No, no me sueltes, nunca me sueltes." y yo le hice caso, tomé su mano, mientras volvía a caer en un sueño profundo y tranquilo, observaba su pecho subir y bajar, y me preguntaba qué pasaba por su mente. Y la verdad es que yo no creía en la magia, pero eso que sentí cuando lo vi quererme no puede ser sino eso, magia. Yo no creía en la magia. Pero cuando estamos rodeados de gente, y lo veo conversar con sus amigos y reír a carcajadas me siento la mujer más feliz y afortunada del mundo, porque tengo un hombre feliz a mi lado, porque ríe, ríe conmigo o con los demás, pero ríe. Y la verdad es que yo no creía en la magia, pero eso que sentí cuando vi su sonrisa no puede ser sino eso, magia. Yo no creía en la magia. Pero cuando me despierto por las mañanas y lo primero que veo es su silueta a mi lado, pací

Me gusta el cuerpo a cuerpo.

Me gusta el cuerpo a cuerpo. Hoy estaba pensando en la importancia del tacto, mientras me acariciaban la espalda de arriba a abajo, en un gesto distraído y casi impersonal, me detuve un segundo y concentré toda mi atención en ese pequeño gesto, las yemas de sus dedos rozando suavemente mi piel, en un movimiento casi inconsciente, luego pensé en todo lo demás, la cercanía de nuestros cuerpos, el calor que emanaba su pecho, y cómo todo parecía algo tan cotidiano, pero era en realidad algo completamente maravilloso, el tacto, simplemente el tacto. Acaricié suavemente sus brazos, intentando sentir realmente la piel bajo mis manos, como cuando lees un párrafo una y otra vez, entendiendo lo que dice, pero sin captar la esencia de la palabra, él era la palabra y yo intento captar su esencia. Pensé en esa frase: "Y el verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros." El verbo entre nosotros, y vimos su gloria. Me gusta el cuerpo a cuerpo. Y no me había dado cuenta hasta este mom

Decálogo del abogado.

Me gustaría compartirles el decálogo del abogado, el cual pienso, es preciso aplicar en todos los ámbitos de tu vida. I. Estudia.   El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serás cada día unpoco menos Abogado. II. Piensa.   El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando. III. Trabaja.   La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la  Justicia.   IV. Lucha.   Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia. V. Sé leal.   Leal con tu cliente al que no puedes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el Juez que ignora los hechos, y debe confiar en lo que tú le dices y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas. VI. Tolera.   Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya. VII. Ten paciencia.

OLP, la legitimación de un Estado de fuerza.

"Organización Liberación del Pueblo" Qué nombre creativo, suena a uno de los tantos grupos guerrilleros que también quisieron liberar a un pueblo, y (des)afortunadamente (y tengo razones para pensar que esto no es casualidad) tiene las siglas (OLP) de otro grupo que también quiere liberar a otro pueblo. ¡Cuántos liberadores! ¡Cuántos liberados! Aunque sinceramente, yo no tenía idea de que necesitaba ser liberada. Mucho se ha hablado sobre la OLP, ha tenido varias críticas y también algunos cantos de gloria (¿no me creen?  Lean aquí ) en mi opinión, la OLP no es más que la legitimación de un Estado de fuerza, de un poder punitivo que se excede y que practica lo que Günther Jakobs definió como "Derecho Penal del enemigo" que se practica en un Estado arbitrario (Porque sí, para nadie es una sorpresa que el Estado Venezolano es arbitrario, y ya conocen la frase "duele menos el puño del Derecho que el dedo meñique de la arbitrariedad." y no es mentira, en este

Adoro.

¿Es amor?- Me preguntó. Y la verdad es que yo no sé si es amor, porque ¿cómo se siente el amor? en realidad, no tengo idea si lo que he sentido hasta ahora es amor, o admiración, o deseo. ¿Es amor? - Me pregunté. Pero la verdad es que no sé, no puedo saber si eso que siento cuando lo veo sonreír es amor, no lo he sentido nunca y si lo he sentido no lo recuerdo, ¿es amor este miedo casi desesperante que siento de caer en un abismo?  ¿Es amor? Esta ansiedad que me da cuando estoy a segundo se verlo, cuando me despido de él y me gustaría que se quedara abrazándome, cuando se levanta de la cama y siento un frío glacial y le pido que se quede, haciendo pucheros. Cuando le pido que se quede, a veces no me refiero a que se quede en la cama, sino en mi vida, porque ya se instaló en mi corazón. Adoro su olor, el sonido de su risa, su tacto, sus besos, sus abrazos, adoro que no se me quite de encima, adoro sus sonrisas cuando nos besamos, su mirada divertida, su humor extraño, adoro que me

El traje nuevo del emperador.

"No tiene que ser verdad lo que todo el mundo piensa que es verdad." Esta es básicamente la moraleja de un cuento que estaba recordando hoy, llamado "El traje nuevo del emperador." El cuento es más o menos así: Había un Emperador sumamente vanidoso que disfrutaba vestir los mejores trajes y derrochar dinero en joyas y vestimenta ostentosa. Un día, un par de charlatanes le hicieron creer que le confeccionarían un traje de la tela más suave jamás creada, además, el traje tenía la capacidad de hacerse invisible ante los ojos de cualquiera que no fuese digno de su cargo, obviamente todo esto era mentira, y el par de sinvergüenzas se quedaron con el oro y los materiales preciosos que pidieron para el traje y no existió nunca tal prenda, pero el emperador estaba demasiado asustado pensando en si podría o no ver la prenda, así que envió a dos de sus hombres a verla antes, los cuales, por supuesto no admitieron que no podían verla sino que la elogiaron, dándole adjetivo

La novela de Perón.

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"Si el lector lo prefiere, puede considerar este libro como una obra de ficción. Siempre cabe la posibilidad de que un libro de ficción deje caer alguna luz sobre las cosas que antes fueron narradas como hechos."  Ernest Hemingway París era una fiesta   "Los argentinos, como usted sabe, nos caracterizamos por creer que tenemos siempre la verdad. A esta casa vienen muchos argentinos queriéndome vender una verdad distinta como si fuese la única. ¿Y yo, qué quiere que haga? ¡Les creo a todos!  Juan Perón al autor, Marzo 26 de 1970 Con estas dos frases, una del escritor americano y otra del General, empieza La novela de Perón. Sí, novela, porque en palabras del autor "Novela significa licencia para mentir." La novela empieza con un zorro viejo, el 20 de junio de 1973 (el día de la masacre de Ezeiza) un General con miedo -¿miedo?- a volver, pero volviendo. Aunque la novela empieza este 20 de junio, transcurre en ella toda la vida de Perón -reali

Rebeca Stones, una chica y un sueño.

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Como muchos saben, me encantan las vloggers de moda, sigo muchísimas y sus vídeos me fascinan, he hecho algunos otros post, sobre  Mi vlogger favorita  y otro sobre Mariale, sin embargo, este es un poco más especial.  Hoy les voy a hablar de una chica que descubrí hace cosa de dos años, quizás menos, no recuerdo muy bien, pero que a pesar de que era una niña (ella tenía 14 años, para entonces) me encantó, por su personalidad tan parecida a la mía, su dulzura y sobretodo sus ganas de cumplir su sueño. Rebeca Stones, es una joven Youtuber, actriz (excelente actriz), presentadora de Tv y ahora AUTORA de un maravilloso libro (no lo he leído, pero las reseñas son tan buenas que no puede ser de otra manera)  Rebeca es una joven increíble, hermosa, graciosa, divertida y demasiado creativa que te cautiva a penas la ves. Pero lo que verdaderamente me llegó al corazón, es que Rebeca, desde que la vi la primera vez, había dicho en demasiados vídeos que su sueño era escribir un libro, y dos añ

Catarsis.

Estaba cansada, agotada, es como si todo este tiempo, ella no hubiese estado viviendo su vida, sino viendo como su cuerpo se mueve y repite acciones día tras día, y ella sólo observara, demasiado perezosa para hacer nada, es como si estuviese dormida, un poco muerta en vida. De repente era como si el mundo le quedaba demasiado pequeño, o la miseria demasiado grande. Le asqueaba el mundo, le asqueaba la gente que la rodeaba, le asqueaba sonreír, le asqueaba ser amable, y simplemente todo se cayó, y su buen humor se vio truncado por la realidad que aquejaba su alma y que finalmente decidió sacar al exterior, porque ella no tenía por qué fingir ser feliz, si se encontraba tan insatisfecha con el mundo. Volvió a su cuerpo como si la hubiesen sumergido en una tina de agua fría, pero su cuerpo ahora era demasiado pesado, y su alma difícilmente podía sostenerlo, así que caminaba lento, hablaba rápido, reía demasiado fuerte, y decidió ser tal como le diera la gana. No le importó sentirse so

Consumirse

Se sintió frustrada, era un sentimiento constante, en realidad, desde que comenzó a hablarle cada vez que pensaba en él pasaba del placer a la frustración en unos segundos. Lo quería tener, maldita sea, quería tenerlo cerca, besarlo, susurrarle cosas al oído, abrazarlo, oler su piel, sentir su tacto, quería saber si su cabello era suave, si sus manos estaban ásperas, el color exacto de sus ojos, quería tenerlo cerca, junto a ella, dentro de ella, no importaba realmente. Quería saber cómo se sentiría hacerle el amor, cómo se sentiría dormir entre sus brazos grandes, escuchar su respiración, sentir sus besos calientes en todo el cuerpo. Más allá de eso, más allá del deseo físico que la consumía, ella quería saberlo todo sobre él. Quería saber cómo se escuchaba su risa, cómo sonaba su voz, cómo iba a reaccionar cuando le dijera todo lo que quería de él, quería ver su sonrisa, porque casi podía imaginarla, quería saber si había sufrido, si había sido feliz, cuándo fue el día más triste

Simplemente tenerse.

Venía ese momento, ese terrible pero ansiado momento en que finalmente iba a tenerlo frente a ella, sólo para ella, todo para ella. Estaban frente a frente y no se le ocurría qué decir, probablemente nada de lo que dijera sería la palabra correcta, porque todo se convertía en un sacrilegio al momento de tenerlo ahí. -Tómame.- Murmuró finalmente. -Tómame entera.- Y él obedeció, la besó con ternura primero, como pidiendo permiso, y al verla ansiosa, con pasión y desenfreno, finalmente pudo dar rienda suelta a todo aquello que sentía, pudo volver realidad todas las fantasías que había imaginado en las noches de insomnio, la tomó por los muslos e hizo que enrollara sus piernas en sus caderas para llevarla a la cama, aunque sinceramente podría tomarla allí mismo, pero sentía que se merecía lo mejor. La besó hasta que necesitó respirar, le arrancó la ropa a tirones y finalmente la tuvo como quería, desnuda y pequeña frente a él, toda para él, sólo para él.  -Eres deliciosa.- Y ella son

Una noche.

Estaban sentados frente a frente y podía jurar que ahí, bajo esas luces tenues y con un par de cervezas encima parecía más hermosa si se podía. Llevaba una blusa con los hombros descubiertos y de mangas largas y un jean negro a la cintura con zapatos de tacón, iba maquillada y tenía el cabello suelto sobre los hombros, estaba más hermosa que nunca. Tenía su mano izquierda sobre la mesa, tan cerca de la de ella que podía rozar sus dedos si los estiraba, pero ella parecía ajena al hecho, observaba sus hombros desnudos, la forma en que reía, sus ojos fijamente posados sobre los suyos y sólo podía pensar en que sería suya. Ella, por su parte, sólo podía observar como sus labios se movían, podía decir que ya estaba enamorada de esos ojos marrón profundos y expresivos, pero sería demasiado, ella sí se percataba de la cercanía de su mano ¿cómo no hacerlo? si incluso con la mesa de por medio podía sentir el calor que emanaba su cuerpo, Dios, tenía tantas ganas de tenerlo cerca. Hablaron mu

Otro grito ahogado.

Hoy venía del trabajo y me sentía exhausta, cansadísima, vieja y acabada, vi mi cara reflejada en la puerta del autobús y quién me devolvía la mirada ya no era una joven alegre y llena de sueños, ya no era la niña de largo cabello castaño con mirada divertida y pícara, era una mujer diferente, quién me devolvía la mirada era una mujer cansada y terrenal, tan simple que me dio miedo, le sonreí levemente a mi reflejo pensando "tranquila, preciosa, que vienen cosas grandes" pero ¿cómo saberlo? paramos en el semáforo dónde un grupo de estudiantes con pancartas gritaban consignas y me dieron un panfleto "Si guardáramos un minuto de silencio por cada venezolano asesinado en 2013 estaríamos callados durante 15 días." lo leí y miré a las personas a mi al rededor, a mi lado, una niña de unos 14 años con una sonrisa leve escondida en los labios, más allá, un señor sudado con ropa de trabajo y a su lado una mujer con un moño a la altura de la nuca y bellísimos labios rojos, un

Infinitas veces.

Me han descosido y vuelto a coser infinitas veces me han dejado en el anonimato me han regalado mil nombres me han vestido y algunos más me han desvestido me han convertido en poesía y en villana patética en una fiera y en una mujer de fantasía me han hecho Diosa y me han mandado al infierno infinitas veces. He visto al amor a la cara y me ha volteado el rostro con desprecio la realidad me ha golpeado en el pecho y la fantasía me escribe por las noches infinitas veces. Me han obligado a crecer me han hecho mujer me he hecho mujer y me han amado como a una niña y me amo como una niña me han susurrado barbaridades al oído e insultos y palabras de amor y de odio y de deseo infinitas veces. Me han mirado como a una heroína y como a una bruja y como se mira la magia infinitas veces. Me han amado y me han odiado y me odian infinitas veces me han creído capaz de todo y de nada me han creído efímera y eterna brillante hermosa sensual y tan triste in

Un milagro.

Tardé un segundo en darme cuenta de lo que intentaba hacer, lo miré fijamente y estallé en carcajadas. -¿Hablas en serio?- Pregunté entre risas. Él comenzó a reír también. -Muy en serio.- Dijo aún extendiendo su mano, yo la tomé, sonriendo ampliamente, la idea de él bailando se me hacía sumamente graciosa, pero cuánto quería estar cerca de él. Me pegué a su cuerpo, tomando su mano y poniendo la otra en su hombro, sentí la suya en la cintura, firme y segura, amaba eso de él, era excesivamente seguro de sí mismo, no necesitaba demostrarle nada a nadie. Besó mi cabeza con suavidad, sentí su barba rozarme la frente y sonreí contra su pecho.  -¿Sabes? Pasado tanto tiempo de hablar y conocernos, teniéndote cerca todos estos momentos, y disfrutando de tu grata compañía yo considero prudente...-Dije riendo suavemente, sabía cuánto le gustaba que adornara las cosas. -Dilo.- Me pidió, casi suplicante, mientras hundía más sus dedos en mi cintura. -Te quiero, bichito.- Susurré suavemente, y

Corto para el alma.

Me gusta cuando me recojo el cabello en un moño y estoy todo el día ocupada, enfundada en un uniforme detestable, en un lugar incómodo por horas y horas, pensando en estar entre tus brazos cálidos, y luego regreso a casa, tomo una ducha, entro a la cama y me escurro a tu lado. Y me suelto el cabello, rebelde y abundante, que desprende enseguida un delicioso olor a frutas, y me besas en cuello y los labios. T engo ganas de sentirte cálido, rodeándome. Me gusta cuando salgo del baño desnuda, y me observas atento, con el cabello cubriéndome la espalda y los defectos, me tomas de las caderas, con tus manos grandes y ásperas, me besas el vientre, y bajas y bajas. Me gustas, arrodillado ante mí, como una diosa, cuando enredo los dedos en tu cabello, y pongo la cabeza hacia atrás, mirando al cielo, porque sólo de ahí puede venir tanto placer. Me gusta cuando me rodeas con tus brazos, y nuestros alientos se mezclan, y puedo sentir tu piel bajo mi tacto.

Buenos días, cielo. II

Comía sus camarones alegre, estaba tan absolutamente feliz de todo a su alrededor, de la música tropical de ese restaurante, de su amado sentado frente a sí, de esa deliciosa comida, lo miró y notó que la observaba, sonrió más ampliamente si cabía, era imposible ser tan feliz. Siguió hablando sin parar, a veces ni siquiera reparaba en lo que decía, contó un chiste que recordó, pero no lo escuchó reír a carcajadas. -¿Entendiste el chiste?- Preguntó riendo, él asintió y comenzó a reír, pero ella notó que no la estaba escuchando y se preguntó dónde estaba su cabeza en ese momento, siempre parecía un poco ajeno a ella, pero la verdad es que eso no le molestaba.  Terminaron de comer y se fueron a la posada caminando por la playa, adoraba todo eso, la arena fría bajo sus pies, el olor a mar, y su mano fuerte tomando la de ella. No podía evitar correr y bailar, porque se sentía con ganas de correr y bailar, él la hacía sentir así, embriagada de felicidad. Llegaron a la fogata que organiz

Buenos días, princesa II

Se detuvo un momento a pensar porque ahora que lo notaba, ese momento, ese preciso instante era el más feliz de su vida. Ella parecía no haberlo notado, seguía degustando sus camarones, sonrió ampliamente al verlo observarla y continuó parloteando sin darse cuenta de nada, sin notar que estaba siendo participe del mejor momento que podía recordar. Se acomodó el cabello detrás de la oreja, se veía preciosa, tenía la piel bronceada, pues ya llevaban varios días en la playa y el cabello al natural, nunca se lo dejaba al natural, con lo precioso que le quedaba, no podía saber de qué hablaba pero veía sus labios moverse y reír, y él reía, porque ella lo hacía feliz. -¿Entendiste el chiste?- Preguntó ella riendo a carcajadas.  Él asintió riendo igualmente pero la verdad es que no sabía de qué hablaba. Cuando terminaron de comer caminaron por la playa hacia la posada donde se hospedaban, ella reía y corría con ese vestido mínimo que dejaba ver su bañador, estaba descalza, parecía una niñ

Buenos días, cielo.

Se había percatado de su presencia desde que entró, pero le gustaba que él pensara que no, siguió en lo suyo viendo su reflejo en el espejo junto a su escritorio, cuánto le gustaba sentirse observada por él, luego de un rato sonrió sin poder evitarlo y volteó a mirarlo. -¿Qué pasa?- Preguntó.  -Es sábado...- Murmuró él. -Vamos a bailar, llevas mucho rato estudiando.- Dijo acercánose a acariciarle la nuca. Y era cierto, llevaba mucho rato estudiando, desde muy temprano, le apetecían unas cervezas, asintió levemente. -Vamos a bailar.-  Comenzó a organizar sus apuntes mientras él se arreglaba, no podía entender cómo lo hacía tan rápido, pero le encantaba verlo salir con la toalla en las caderas y mirar el clóset por unos segundos, ponerse una camisa, unos jeans, peinarse, verse guapo y oler a ese delicioso perfume que usaba. Le acarició levemente la mejilla sintiendo su barba entre los dedos, y fue a ducharse, mientras se maquillaba lo vio observarla, la hacía sentir hermosa, como s

Buenos días, princesa.

Él sólo podía observar la forma en que sus dedos tecleaban rápido, en que sus ojos leían ávidamente las líneas en la pantalla, como tomaba el lápiz y anotaba algo de vez en cuando o mordía la punta distraída, le gustaba la forma en que se acomodaba los lentes en el puente de la nariz, y parecía no parpadear.  Tenía el cabello recogido en un moño alto y desordenado y su cuello quedaba al descubierto, le gustaba ese pedacito de piel que se asomaba entre el cuello de la camiseta y su cabello, con piel suave y finos vellos rubios, le hacía gracia, sólo pensaba cómo se sentiría pasar sus dedos por ahí, ella pareció salir de un letargo y se volteó a mirarlo, sonrió levemente. -¿Qué pasa?- Preguntó sonriente. -Es sábado...- Murmuró él. -Vamos a bailar, llevas mucho rato estudiando.- Dijo acercándose y acariciando ahí donde tanto había observado. Ella se estiró y asintió. -Vamos a bailar.- Dijo sonriente, y se levantó para ir a arreglarse.  Otra cosa que le encantaba, verla arreglarse. 

Llévame

Te veo lejos, y no me importa si eres falso o verdadero, no me importa si estás siendo sincero –quizá porque estás lejos, no lo sé.- Y siempre tengo ganas de pedirte que me lleves, quizá porque irme sola me da demasiado miedo. Llévame, llévame a ese lugar donde el amor es verdadero, donde las narices se tocan antes de los besos largos y placenteros, las manos exploran y tocan, y sienten, realmente sienten la piel ardiente bajo los dedos. Llévame a ese lugar donde mi tiempo no es dinero, donde puedo estar entre tus brazos protegiéndome del frío y del miedo, donde me das besos suaves y calientes en la nuca, y me siento tibia con tus piernas rodeándome. Llévame a dónde estamos juntos, a donde nada es verdad o mentira, sólo es, llévame a donde está la libertad, donde tu piel es patria para mis manos, donde eres mío, o le perteneces al viento, o no le perteneces a nada, donde puedo oler tu piel y sentir tu barba haciéndome cosquillas en los muslos. Siempre te siento cerca, a pes

Lo dijo el León.

"queridos enemigos de siempre  hoy dejo este mundo de dolor  nunca se olviden  que el llanto de la gente  va hacia el mar. "   Podía verlos a todos llorar su muerte, como una sola voz, como un solo llanto detrás del féretro, los oficiales miraban desde los bordes con sus inmutables rostros perlados de sudor, yo aún no podía procesarlo, tragué en seco. Cuando llegamos al cementerio un poeta recitó unas palabras, con voz profunda y grave, no recuerdo lo que dijo, escuché las palabras "pueblo" y "camarada". Cuando terminó todos alzaron un puño en el aire "presente, hoy y siempre" los escuché decir en voz alta. Los guardias se habían quedado fuera del cementerio, miré a los lados como las personas se iban luego de echar un puñado de tierra sobre el féretro y cuando me quedé sola, acompañada nada más que por los trabajadores del cementerio miré la lápida con su nombre y su apodo grabado: "El León", no pude evitar sonreír. -Queridos ene

Salté.

Suelo hacerme este tipo de preguntas, y la cabeza me da vueltas, vueltas, vueltas, vueltas ¡Y se detiene de un golpe! Y yo me quiero bajar.  Estoy en un punto donde no hay nada que pueda hacer, y miro al abismo, y miro el camino, y miro al abismo, y el abismo parece tan apetitoso... lanzarse ¡zas! y caeeeeeeeer, y seguir cayendo, y terminar cayendo para arriba como Alicia. No sólo no hay nada que pueda hacer, es que ya no hay nada que quiera hacer, así que me dejo llevar, y lo miro de reojo, y lo miro de reojo, y lo miro de reojo, pero la verdad es que él ya no está ahí así que no sé qué es lo que veo. A veces me pasa que cuando veo algo dañado quiero arreglarlo, pero de repente veo que no tiene arreglo, y me frustro, y grito ¿por qué no puedo arreglarlo? Yo, yo que todo lo reparo. Suelo hacerme ese tipo de preguntas y la cabeza me da vueltas, y no se detiene, y la pregunta queda ahí, vacía y sin sentido, volando de un lado a otro, y a veces regresa apresurada y yo sacudo la cabeza

Cuenta cuántos.

Me pregunté una, dos, tres veces si podía, y dije una, dos, tres veces que sí, y puedo, la verdad es que he podido durante uno, cinco, quince, veinte días, los he contado, como cuando estás preso, que cuentas los días, pero yo no me siento presa, me siento libre, vacía pero llena, pero vacía al fin. Me he tomado una, dos, tres, cuatro cervezas, las cuento y las anoto, rayitas en una hoja de mi cuaderno, y me río, no porque esté ebria sino porque es gracioso -gracioso triste, no gracioso gracioso- como me he vuelto tan... ¿impersonal? Sí, impersonal. Es graciosa -graciosa triste- la forma en que últimamente sólo me preocupo por mí. Me pregunté una, dos, tres veces -al día- si estaba bien preocuparme sólo por mí, y me respondí una -sólo una- que sí, que está bien, que estoy bien preocupándome por mí, al final hay mucho aquí por lo que preocuparse. Cinco, seis, siete cervezas, anoto, sonrío, es gracioso -gracioso gracioso- que me sienta tan feliz de estar sola, cuando por un momento me

Al padre que nunca tuve.

Durante años he aprovechado el día del padre para comparar, para ver mis redes sociales tapizadas con fotos de mis amigos y sus padres, cuando estaba más pequeña pasaba el día llorando, le preguntaba a mi mamá ¿Por qué? ¿Por qué no me quería? ¿Qué había hecho yo, tan pequeña, para recibir tal indiferencia? La verdad es que yo no hice nada, pero suelo echarme la culpa.  Creciendo dejé la tristeza y esta fue suplantada por la rabia, me había respondido yo misma la pregunta que hacía a mi madre ¿Por qué? Porque así era mi padre, un cobarde que huía de los problemas.  De un par de años para acá, la tristeza y la rabia han sido desplazadas para dar paso a la indiferencia, la verdad es que nunca necesité un padre, y si lo extrañé fue solamente porque pensé que mi relación con él podría ser como la de mis amigas y sus padres, pero la verdad es que nunca sería así. Ahora no estoy triste por mí, estoy triste por él, porque es él quién se perdió mis primeras palabras, mis risas, mis rabietas,

Estoy cansada.

Estoy cansada. Estoy cansada de las miradas vacías,  de las caras cansadas,  estoy cansada de los corazones rotos, de los gritos ahogados,  de los "te amo" que no se dicen,  estoy cansada de sentir y no sentir. Estoy cansada de mirarte vacío y distante,  estoy cansada de no poder decir todo,  de no poder gritar lo que siento,  estoy cansada de no poder porque no tengo el valor,  estoy cansada de estar cansada. Estoy cansada de las risas de mentira,  de correr para drenar,  de decir "no estoy cansada". Estoy cansada de las caras pálidas,  de los gritos rabiosos,  de las lágrimas de impotencia,  de las lágrimas de rabia,  de las lágrimas de tristeza, de las lágrimas en general. Estoy cansada. Estoy cansada de ver el tiempo pasar, de verte y sonreír,  de no poder besarte. Estoy cansada de hacer el nudo, y deshacerlo, y hacerlo, y poner el dedo en el gatillo, y quitarlo, y ponerlo. No sé lo que quiero, pero sé lo que me conviene.

Conozco una mamá.

Tengo 18 años, hace 18 años mi mamá caminaba por ahí con una barrigota dentro de la cual nadaba yo pacíficamente, supongo que desde ese momento mi mamá puede ser llamada mamá, mi mamá, divertida y a veces histérica, jugaba conmigo para que no me aburriera y me hacía peinados alocados que me hacían ver graciosa, mi mamá que a veces me saca de quicio pero que sé que me ama y que sin ella la vida sería amarga.  Pero mi mamá, hermosa y sensible, no es la única mamá que conozco, en 18 años uno conoce muchos tipos de mamás...  La primera mamá que recuerdo, además de la mía, es la mamá de mi mamá (Cómo no) que no parece de este mundo, que no se cansa, que no envejece, que permanece joven y fuerte, luchando contra las mareas y los vientos para mantenernos a flote, hermosa, presente en la salud y mucho más presente en la enfermedad, con un llanto capaz de ablandar el material más fuerte del mundo.  Conocí otra mamá, que no es mamá pero es mi mamá, mi mejor amiga, mi consejera, la que me llev

El amor te hace bien, si no, no es amor.

Mándalos a todos al carajo. Eso sí, con buen tono. Ay, Sabina, tú siempre tienes las palabras necesarias en el momento preciso.  Yo lloro, porque no sé de qué otra manera sacar las emociones de mí, cuando siento tristeza, lloro, o se me hace un nudo en la garganta y siento que vomito la vida. Cuando siento rabia lloro, o siento que no pertenezco a mi cuerpo y golpeo todo, y grito, y me rasguño la cara. Cuando me siento decepcionada, lloro, porque si no siento que se me caen los brazos, que se me vuelven tan pesados que nunca voy a poder levantarlos de nuevo (Así me siento mientras escribo esto)  Lo peor de estar decepcionada no es el peso abismal en los brazos, ni el frío en los dedos, tampoco el vacío en la boca del estómago ni ese sentimiento amargo en la garganta, lo peor de sentirse decepcionada, es que además de todo eso, también sientes que vomitas la vida, y también sientes que no perteneces a tu cuerpo y que tiemblas de rabia (Así me siento mientras escribo esto) y tambié