Esperando primavera.

Cada mañana sentada en la pradera con el sol en mi rostro esperaba que volvieras, me levantaba muy temprano y escogía mi mejor vestido, comenzando el verano cepillaba mi cabello esperando ver a ese hombre venir desde el horizonte, mi héroe. 
Entonces sacaba una canasta llena de galletas, frutas y unas cuantas gaseosas mientras esperaba con mis muñecas sentada en el suelo, pasó así el verano y jamás llegaste pero mandaste a un ave hermosa a decirme que vendrías en otoño.
Caían las hojas y los árboles desnudos eran mis mejores amigos mientras corría con mis hermosos vestidos y los zapatos de mi madre, reunía las hojas secas y me lanzaba luego sobre ellas, esperando que volvieras, comiendo nueces bajo un enorme árbol mirando hacia el cielo rogaba que volvieras, entonces apareció de nuevo esa ave y me prometió que llegarías para el invierno.
Y los árboles se llenaban de nieve y yo aún inocente me lanzaba con mi trineo colina abajo, y el día de navidad te escribí una hermosa tarjeta que decía cuanto te amaba y cuanto necesitaba que estuvieras a mi lado, pasó así el invierno y de nuevo me dijeron que vendrías en primavera. 
Casi sin esperanzas cogí mi mejor vestido el primer día de primavera, una manta de lunares y mi pequeña canasta, metí en ella unos pasteles y té para pasar la tarde, antes de salir cepillé mi cabello mil veces, mis rizos dorados, sequé la lágrima que caía por mi mejilla y me senté al pie de la colina, de nuevo esperando que volvieras, un día de esa primavera decidí no esperar más, fue entonces cuando maduré, cuando noté que jamás estuviste ahí, que no lees lo que escribo, que no recibes mis dibujos, que no sabes que música escucho o si soy adicta al éxtasis... ese día de primavera me dejó de importar lo que eras y en mi mundo sólo existían las mujeres que me enseñaron lo que sé, desde siempre supe que los hombres no llegan en primavera...