Recuerdos de tus noches a mi lado.

Me recuerdo sonriendo, mirándote justo antes de quedarme dormida, nada más feliz que aquella sensación del tiempo detenido, de que todo fuera de la cama estaba paralizado, nada mejor que esa sensación de que todo era perfecto, de que nada saldría mal. Aún me refugio en esos recuerdos cuando lloro por las noches.

Tu ausencia, se sintió tanto que casi me ahoga, me sentía atrapada, y todo porque había un espacio vacío en mi cama, me sentía sola, desnuda, fría...

Y abracé mi almohada, pero es obvio que lo que necesitaba entre mis brazos era tu cuerpo.

¿Por qué te fuiste? Te extraño tanto... tu respiración suave y tranquila, tus brazos protectores rodeándome, tus besos traviesos vagando por mi cuerpo, la punta de tus dedos siguiendo mi figura, tus susurros cansados en mi oído.

El dormirme con tu voz... es quizá lo que más extraño.

Ahora me duermo con los recuerdos de tus noches a mi lado.

¿Cómo te digo que te extraño sin parecer desesperada? Aunque la verdad... lo estoy.