De aquellos buenos tiempos.

¿Te acuerdas? ¿Te acuerdas cuando deseábamos con todas nuestras fuerzas crecer y conocer el amor?
¿Te acuerdas cuando el dolor más fuerte era una rodilla raspada o un jalón de cabello?
¿Cuando jugábamos con globos de agua y reíamos hasta sentir dolor de estómago? 
Cuando nos poníamos disfraces de colores y abalorios de fantasía, cuando nos vestíamos de princesas, indias guerreras, sirenas míticas. 
¿Te acuerdas cuando deseábamos ser una Barbie pero comíamos golosinas sin parar? 
¿Te acuerdas cuando nos gustaba aquel chico pero no nos atrevíamos a hablarle? 
Cuando daba lo mismo jugar a las mamás o llenarse de barro jugando al fútbol. 
Cuando nos subíamos a bancos para alcanzar las galletas.
Cuando la abuela dejaba reposando el chocolate para la torta y tomaba una siesta, entonces aprovechábamos para ir a untar los dedos.
Cuando dormíamos abrazadas de miedo al ver una película de terror.
Cuando reuníamos nuestro poco dinero para gastarlo en chuches.
Cuando volvíamos a casa a las cinco, porque comenzaba nuestro programa favorito.
Cuando nos vestíamos iguales.
Cuando mentíamos diciendo que éramos hermanas.
Cuando nos castigaban y nos asomábamos a la ventana para hablar como reos. 
¿Recuerdas a la mujer de dedos largos que jugaba cartas en su cama?
¿Te acuerdas aquellos días en que todo era tan sencillo como pedir disculpas y abrazarse entre lágrimas? 
¿Te acuerdas cuando no contábamos calorías? Cuando no dolía el pecho por amor, cuando no nos daba miedo la balanza, cuando el dinero no valía más que la calidad de las personas, cuando diversión significaba construir casitas en el salón. 
¿Te acuerdas de aquellos tiempos en que éramos tan felices y la vida no nos exigía nada?