Zapatos rojos.

Era ella una chica con sueños, talentos, y muchísimas ambiciones, quería comerse el mundo, estar en la cima con sólo su voz... llevaba la música y el teatro en la sangre, su sueño era Broadway. Estar bajo esas luces, con todos observándote ¡Mamma mia! La buena vida.
Pero sus planes dieron un vuelco, cuando en esa calle de París,un par de semanas antes de irse a la vieja gran ciudad de Nueva York conoció a esté chico que era tal vez el hombre perfecto. Ella llevaba sus zapatos rojos, oh... esos zapatos rojos que algún día compró en Francia en uno de sus viajes, estaban demasiado gastados y le apretaban un poco, pero eran los zapatos de sus actuaciones más íntimas. Cada día especial, se ponía aquellos zapatos rojos, ese día valla que fue especial, conoció al hombre de su vida, o al menos eso creía ella... y decidió dejar todo, Broadway, Nueva York y hasta sus zapatos rojos, por aquel chico que juró amarla.
Y ahora vive en una calle de París, desde allí ve la torre eiffel y camina día a día hasta el teatro municipal, a ver las obras más sencillas de su vida, todo, por dejar sus sueños y el teatro por un hombre, que esperó la guerra para irse con una enfermera.
Tanto amar, soñar y dejar de vivir para quedar vieja, y sin absolutamente nada de fama...
Jamás, dejes tus sueños por nadie, sólo tu puedes alcanzarlos. Ponte tus zapatos rojos y camina hacia adelante mirando Broadway como una realidad. 

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