Dramione: Capítulo 11: La verdad, la cruda verdad.

Y mientras Hermione arriesgaba su vida Draco tenía una discusión consigo mismo, ahí, en frente de Dumbledor, apuntándolo con su varita... 
-Lo mataré.- Dijo no muy convincentemente.
-¿Estás seguro Malfoy?- Dijo Dumbledore notablemente tranquilo.
-Si... demasiado... seguro.- Tartamudeaba Malfoy.
-Dime algo... ¿Hermione sabe sobre esto? ¿Apoya la idea? No por mí... por ti.- 
-¿Usted como demonios sabe lo nuestro? No... ella no sabe, no lo apoyaría, creería que me matarán.- 
-Exacto, entonces... ¿por qué lastimar a lo que más amas joven Malfoy?- 
-Usted no entiende... tienen a mi madre. Ellos la matarán si yo no lo mato a usted.- Dijo Draco con lágrimas asomándose en sus ojos.
-Déjale eso a la orden, lo resolveremos... por favor.-
En eso entraron Bellatrix y Rodolphus junto a otros mortífagos...
-Mátalo Draco, honra a la familia.- Decía Bella... 
Tenían una discusión sobre si Draco podía o no podía hacerlo pero él no la escuchaba pues estaba en su mente repasando cada hermoso momento que vivió con Hermione, sus dedos pasando por su abdomen, los besos que ella plasmaba fugazmente en el contorno de sus caderas... las yemas de sus dedos pasando por sus muslos y los cortos gemidos de ella que la avergonzaban pero que a él le parecían adorables... 
Entonces entró Snape, asesinó a Dumbledor y ahí el mundo de Draco dio un giro, salió corriendo de la habitación en busca de Hermione... 
Hermione vio la marca tenebrosa en el cielo y temió por Harry, nadie la estaba atacando, a lo lejos pudo ver un cuadro muy hermoso, un morífago peleaba con Luna y parecía estar ganando hasta que un Avada llegó y le quitó la vida, un Avada lanzado por Theo quien corrió y besó a Luna fugazmente para luego seguir lanzando maldiciones...
A su mente vino Draco y comenzó a correr hasta que a lo lejos le vio y sin pensar quien podía estar cerca corrió hacia él y lo besó... 
-A ver... que romántico.- Dijo Blaise Zabini al tiempo que se les acercaba -Aparte de cobarde... traidor, vas de mal en peor Malfoy.-
-Blaise tu eres un maldito... asquerosa serpiente traidora, no buscas más que poder ¿verdad? Hijo de... ¡CRUCIO!- Gritó Malfoy con tanto enojo que las lágrimas rodaban por sus mejillas, Zabini estaba en el suelo retorciéndose y Hermione estaba detrás de Draco rodeando su cintura con sus manos, aferrándose a él más que a nada, sabía que estaba cometiendo una atrocidad pero también sabía que si Blaise contaba algo a ella le iría muy mal. 
-Maldito, nadie le hará daño a la mujer de mi vida... púdrete. ¡Crucio!- Decía Draco muy enojado hasta que Hermione mordió su ropa y con un grito ahogado le pidió que se detuviera... 
-Obliviate- Dijo Hermione apuntándole a Blaise. -¿Era muy difícil?- Dijo reprendiendo a Malfoy, secó sus lágrimas y los dos comenzaron a correr hacia la casa de los gritos. 
-Herms... escúchame ¿si?- Decía Draco mientras ella le quitaba la ropa desesperadamente, él trataba de decirle que Dumbledore había muerto.
-Cállate, no quiero saber nada del mundo exterior, no por un buen rato por favor.- Dijo mientras besaba cada parte de su cuerpo, Draco la miró a los ojos y sonrió y comenzaron a besarse, a amarse a hacer el amor... una vez más hasta quedar exhaustos. 
Draco pasaba lentamente las yemas de sus dedos por los pechos de Hermione y esta dormía tiernamente apoyada en su pecho... 
-Si supieras cuanto te amo, entenderías porque decido irme... quiero protegerte, Dumbledore murió, ningún lugar es seguro... te amo Herms... te amo... te amo..- Y se quedó dormido, pero Hermione no estaba dormida, había escuchado eso último y las lágrimas empezaron a salir de sus ojos, tomó su ropa, se vistió y fue corriendo al castillo no sin antes darle un último beso a su amado y decirle al oído "Quizá la que se tiene que ir soy yo... te amo, como nadie nunca ha amado, como si mi vida dependiera de ello Draco Malfoy, lamento haberme enamorado de ti, lamento haberte hecho esto" y se fue de allí, secándose las lágrimas, llegó al castillo y vio a Dumbledore ahí, inerte con todos los alumnos a su alrededor y Harry llorando sobre él, y ella lloraba pero no precisamente por la muerte de Dumbledore sino por la muerte de todos sus sueños y esperanzas... nunca pensó que amaría tanto a una serpiente, y en ese momento la esmeralda del anillo brillaba como nunca lo había hecho, y Draco se encontraba camino a la mansión Malfoy esperando su muerte... con suerte. 

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